Desde 1993 cientos de mujeres han sido asesinadas al rededor de Ciudad Juárez, atreves de la frontera con El Paso. La mayoría de las víctimas eran jóvenes trabajadoras de fábricas o estudiantes entre las edades de dieciséis y veinticuatro años. Amnistía Internacional habla por muchos cuando sugiere que la investigación del gobierno sobre estos crímenes ha sido inadecuada. Parte de la violencia parece ser relacionada con las gangas; algunos parecen tener su origen en el desprecio patriarcal por las mujeres trabajadoras. Cualquier motivo que allá sido, muy pocos responsables han sido llevados ante la justicia.
La popular banda de rock Mexicana Los Jaguares llamo la atención a esta injusticia con su canción llamada “Madera,” estrenada en el 2005. Imagina una Madera que sea resistente al llanto, las cuales resucitan en Ciudad Juárez. La cual concluye con las palabras lamentosas de esperanza:
Mi último suspiro
Mi último aliento
Detrás de las estrellas esta el nido
Detrás de las estrellas esta el nido
La canción reconoce que la justicia terrena ha fallado, sin embargo, insiste en que debe haber un lugar, más allá de los humanos, donde los inocentes no va a sufrir, en donde encontrarán refugio.
Cuando Juan el Bautista apareció en el desierto de Judea el planteo la misma esperanza. “Arrepiéntanse porque el reino de los cielos esta cerca” (Mat 3:2). Juan creyó en un Dios que llamaría al mal ante la justicia. Si uno se mantiene firme en su fe, que eso es un concepto difícil de justificar. El mundo no parece funcionar así. Muchos males no son corregidos, pero los creyentes escuchan el llamado y mantienen la esperanza y la justicia.
Aquellos que piensan que la evolución ha eliminado la necesidad de Dios, será fácil explicar que cómo un proceso sin sentido produce criaturas como nosotros, los lamentos que no puede
dejar de creer que el universo es justo, el bien triunfará sobre el mal. ¿Cómo reconocemos incluso el mal por lo que es, sin la existencia de eso bueno-más allá de nosotros que nunca hemos conseguido? Para esos que nunca han sufrido de la injusticia muy seguido dudan de la existencia de Dios. A las victimas les resulta casi imposible no creer. Algo muy profundo en el corazón humano ve el mundo en que vivimos y entonces insiste en que debe haber más.
Ese “más” es Dios. Esa es la definición misma de Dios, si unose pone a pensar. Conocemos más a Dios en ausencia que en posesión. Si la evolución ha creado por sí sola este anhelo en nosotros, la evolución es maligna, y aquellos que no ven ninguna prueba de Dios han establecido la existencia de un mal mucho más grande que nosotros mismos. Si la evolución plantea, una esperanza en el corazón humano sólo hacer caso omiso de ella, entonces no es indiferente, es positivamente cruel.
Isaías profetizo un Dios que:
Juzgara con justicia a los desvalidos
Sentenciara con rectitud a los oprimidos
Ejecutara al violento con el centro de su sentencia
y con su aliento dará muerte al culpable, (11:4).
Hemos recibido al Mesías quien nació en un pobre establo, quien vivió su vida como hombre pobre, y murió en una cruz. Sin embargo, confesar que él resucito de entre los muertos, “para que tengamos esperanza" (Rom. 15:4) Si eso no es cierto, si no necesitamos preocuparnos por un Dios que nos juzgará, o quién corrija nuestros errores y destruya el mal, ¿por qué entonces deberíamos tener esperanza?
Isaias 11: 1-10 Romanos 15: 4-9 Mateo 3: 1-12