Decir y hacer, rezar y obrar, misión y contemplación: así actuaba Jesús. Se retiraba a orar y hacía milagros. Así se construye el Reino; así reina Jesús.
Tantas veces ha sucedido que las personas participantes ni siquiera se plantearon que la parábola hablaba de una boda. No es que no lo diga, o que desconozcamos el ritual de una boda hebrea del siglo I; simplemente se trata de no darse cuenta del ambiente global en el que se desarrolla el evangelio.
La esperanza cristiana se basa en la humanidad de cada uno; en el esfuerzo con el cual colaboramos en la construcción del Reino. La encarnación de Dios en Jesucristo saca la esperanza de lo teórico y la encarna.